El tema de la ciberseguridad ha trascendido los límites de los departamentos de TI, convirtiéndose en una cuestión de vital importancia estratégica para las empresas de todas las dimensiones. Esto se ve reflejado en un estudio de KPMG, que revela cómo el 83% de las compañías en México han sido blanco de ciberataques en el último año, lo que les expone a riesgos de fraude y sanciones regulatorias. Para hacer frente a esta problemática, las pólizas de ciberseguridad emergen como soluciones fundamentales para la protección de activos digitales y la garantía de una continuidad operativa segura.
En México, los principales riesgos digitales incluyen el phishing, afectando al 44% de las empresas a través de la suplantación de identidad para el robo de información confidencial, y el ransomware, que incide en más del 20% de los casos, secuestrando sistemas para solicitar rescates, lo cual puede resultar en paralizaciones de operaciones y severas pérdidas económicas. El impacto financiero promedio de estos incidentes se estima en 1.5 millones de dólares.
Las pólizas contra ciber riesgos ofrecen una amplia cobertura que abarca desde la protección de la privacidad y seguridad de redes hasta la gestión de ciber extorsiones, ayudando a las empresas a mitigar los daños legales, financieros y reputacionales por manejo inadecuado de datos sensibles o accesos indebidos. Estas pólizas se complementan con servicios de asesoría tecnológica, relaciones públicas y asistencia legal para la gestión de crisis y la recuperación de activos críticos digitales.
Ante el incremento exponencial de amenazas cibernéticas en un mundo interconectado, la inversión en seguros especializados constituye no solo una medida preventiva sino un elemento crucial para la sostenibilidad empresarial. Como señala Eduardo Gutiérrez, socio de Eikos, contar con una póliza de ciberseguridad es esencial para proteger a las empresas ante pérdidas y asegurar su capacidad de respuesta y continuidad operativa en un entorno digital vulnerable.

