Filosofía debida – El Asegurador

Asistir a un grupo de filosofía durante más de cuatro años ha sido una experiencia de autoconocimiento y expansión del pensamiento para el autor. Esta actividad, liderada por un maestro estimado, invita a reflexionar sobre el propósito y la utilidad de la filosofía, destacando cómo la práctica filosófica promueve indagar en las preguntas más que en las respuestas. La filosofía, a menudo malinterpretada como algo oscuro o incomprensible, se presenta aquí como esencial para generar espacios de reflexión profunda, libres del ruido y la prisa del mundo moderno.

El texto argumenta que la filosofía es fundamental en la formación de un individuo, alentando un pensamiento crítico y una comprensión más profunda de uno mismo y del entorno. Destaca también cómo personajes importantes del mundo empresarial y organizacional, con formación filosófica, han logrado innovar y liderar en sus campos, sugiriendo que habilidades como el juicio crítico y la toma de decisiones, propias del pensamiento filosófico, son valiosas en este contexto. Incluso se menciona la sugerencia de incorporar en las compañías un “Chief Philosophy Officer” para enriquecer la toma de decisiones y la reflexión estratégica a través de la filosofía.

Para el narrador, la filosofía no es solo un ejercicio intelectual, sino también un consuelo ante las inquietudes espirituales, actuando como un ansiolítico que invita a la introspección y ofrece una nueva perspectiva frente a los desafíos personales. Se reitera la importancia de cultivar espacios para el pensamiento crítico, evitando conclusiones apresuradas que obstaculizan el aprendizaje, y proponiendo la filosofía como un camino hacia una comprensión más rica de la vida y de nosotros mismos. La invitación final es a embarcarse en la búsqueda de la verdad, una exploración que define la esencia misma de ser filósofo.