El mercado global del bienestar del consumidor, valorado en 1.8 billones de dólares, está experimentando un cambio significativo hacia la validación científica de sus productos y servicios. Una investigación de McKinsey destaca la creciente demanda de los consumidores por fundamentos científicos que respalden las tendencias de bienestar. Examinando más de 5,000 consumidores a nivel mundial, este estudio señala un crecimiento anual del 5 al 10 por ciento en el mercado estadounidense del bienestar, estimado en 480,000 millones de dólares, donde un 82 por ciento de los consumidores estadounidenses consideran al bienestar como una prioridad esencial.
La Generación Z y los millennials están liderando esta tendencia, invirtiendo significativamente en productos y servicios de salud, nutrición, fitness, apariencia y mindfulness. El reporte subraya varios desarrollos emergentes: la salud en casa, con un aumento en la adquisición de kits de pruebas caseras para diversas condiciones; el auge de los dispositivos portátiles y el biomonitoreo; la personalización de bienestar gracias a la inteligencia artificial; la preferencia por productos con eficacia clínica sobre ingredientes naturales; y la revitalizada importancia de las recomendaciones médicas profesionales sobre el marketing de influencers.
Estas tendencias ilustran un mercado del bienestar en transformación, donde la ciencia y la tecnología juegan roles cruciales. Los consumidores buscan un estilo de vida saludable y equilibrado, respaldado por pruebas clínicas y recomendaciones médicas, moviéndose más allá de las modas efímeras hacia un bienestar fundamentado en evidencia científica. Esta evolución promete innovación y inversión en diversas subcategorías del bienestar, marcando un futuro donde la salud y el bienestar del consumidor se alinean cada vez más con la ciencia y la tecnología.