México se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que lo hace altamente susceptible a la actividad sísmica, con más del 90% de estos eventos ocurriendo globalmente en la región. Anualmente, se reportan más de 90 terremotos con magnitudes superiores a 4 grados en la escala de Richter en el país. Frente a esta realidad, los seguros paramétricos emergen como una solución complementaria al seguro tradicional de Daños, destacando por su capacidad de activarse automáticamente basándose en parámetros preestablecidos como la magnitud y la distancia del epicentro del sismo. Este mecanismo asegura un proceso de compensación rápido y transparente para los afectados.
Un ejemplo claro es un hotel que, al adquirir un seguro paramétrico, podría contar con una cobertura de un millón de pesos, activándose si un temblor de 7.5 grados o superior ocurre dentro de un radio de 90 km. En tal caso, el establecimiento recibiría automáticamente la suma asegurada. Esta inmediatez en el pago permite a los negocios recuperar operaciones más eficientemente y mitigar el impacto económico de un sismo, cubriendo incluso costos como pagos a proveedores o el deducible en una póliza tradicional. Las interrupciones de negocio tras un sismo pueden extenderse desde días hasta semanas, afectando gravemente a las empresas.
Mario Labastida, director de Daños en AXA México, señala que dado el alto riesgo que los temblores representan para el sector empresarial, el sector asegurador está en búsqueda de soluciones simples y efectivas de protección, siendo los seguros paramétricos una valiosa opción para contrarrestar las pérdidas económicas derivadas de estos desastres naturales.

