Entre el 25 y 40 % de los mexicanos podrían tener hígado graso y no saberlo

La condición de hígado graso afecta entre el 25 y 40% de la población en México, relacionada con altas tasas de sobrepeso y obesidad, y puede llevar a enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, hipertensión, fibrosis, cirrosis, y cáncer de hígado, según el especialista en diabetes, hipertensión e hígado graso, doctor Mijail Tapia. Este padecimiento, caracterizado por la acumulación de grasa por encima del 5% en el tejido hepático, suele ser asintomático, dificultando su diagnóstico temprano. A pesar de esto, el hígado graso es reversible, principalmente a través del control del sobrepeso y la obesidad, ejercicio y una dieta adecuada.

Sin embargo, la falta de conocimiento y prevención, así como hábitos alimenticios inadecuados, puede transformar esta condición en enfermedades más graves. El hígado graso se divide en cuatro etapas, siendo reversible en todas, pero con mayores riesgos de complicaciones severas a medida que avanza. Tras estas etapas, el hígado puede inflamarse y formar cicatrices que endurecen el tejido y deterioran su funcionamiento, potencialmente resultando en cirrosis o cáncer hepático, para cuya solución efectiva a menudo se requiere un trasplante.

Mijail Tapia subraya la importancia de un estilo de vida saludable, enfatizando en la buena alimentación y el ejercicio regular como medios para prevenir el hígado graso. Además, resalta que es crucial no solo el seguimiento médico sino también el acompañamiento de un nutriólogo, quien puede guiar el tratamiento basado en una dieta balanceada, el ejercicio físico y, de ser necesario, tratamiento farmacológico. Esta estrategia integral ofrece una vía hacia la reversión del hígado graso y la prevención de sus complicaciones.