Fenómenos meteorológicos extremos modifican la percepción global sobre  cambio climático

La percepción pública sobre la crisis climática varía significativamente, aunque la experiencia directa con fenómenos climáticos extremos tiende a incrementar la conciencia sobre su urgencia. Manuel Ostos de Deloitte Latin America resalta que aquellos quienes han vivido eventos climáticos extremos son percibidos como más conscientes de la emergencia climática comparados con aquellos que no. Deloitte descubrió que experiencias con tres o más eventos climáticos extremos hacen que la percepción de emergencia crezca exponencialmente. A pesar de décadas de advertencias, una fracción de la población sigue sin reconocer el cambio climático como una emergencia urgente.

El año 2023 registró temperaturas récord, con una temperatura media global que superó el umbral histórico, acompañada de incendios en Canadá, sequías en Europa e inundaciones en Asia. Estos indicadores sugieren una tendencia hacia eventos climáticos más severos, incluyendo olas de calor, sequías prolongadas y tormentas más potentes.

Una encuesta realizada por Deloitte en 17 países mostró que la mayoría de los encuestados experimentaron condiciones climáticas extremas, especialmente calor extremo. La incidencia de estos eventos varía a nivel mundial, siendo más común en países con climas cálidos. Los datos indican que estas experiencias elevan la conciencia sobre el cambio climático y varían según el tipo de fenómeno, siendo el calor extremo el más influyente.

Aunque las experiencias climáticas extremas pueden modificar la percepción sobre el cambio climático, su impacto en el comportamiento es más complejo. Los fenómenos extremos pueden promover algunos comportamientos sostenibles, aunque no de manera universal. Acciones como comprar localmente y reducir el consumo de carne son efectos observados, contrastando con prácticas ya generalizadas como la reducción del consumo de energía y agua.

El informe sugiere que, pese a la resistencia, la concienciación está aumentando, posiblemente impulsada por experiencias directas con el clima extremo. Este cambio en la percepción es crucial para avanzar hacia un futuro sostenible, aunque se plantea que aún queda mucho por hacer para adaptar comportamientos y políticas a la gravedad de la crisis climática.