El reporte del World Justice Project ubica a México en el lugar 121 de 128 países en términos de seguridad, solo por encima de naciones como Venezuela y Afganistán. Este informe resalta las significativas diferencias de seguridad entre estados mexicanos, como Yucatán, considerado seguro, y Guanajuato, catalogado como inseguro. Las estadísticas muestran un aumento de homicidios entre 2009 y 2020, con cambios en la lista de los estados más peligrosos. Aunque la inseguridad no es uniforme en todo el país, hay regiones con altas tasas de violencia.
Guanajuato, por ejemplo, ha visto un incremento alarmante de homicidios, a diferencia de Guerrero, donde se han reducido. Las ciudades dentro de estos estados muestran disparidades de seguridad, indicando que la inseguridad no se puede atribuir a factores geográficos o socioeconómicos generales. Se sugiere que la violencia está mayormente ligada a actividades ilícitas y la lucha por control territorial entre grupos criminales.
La probabilidad de ser víctima de un homicidio en México sigue siendo baja para la población en general, pero significativamente más alta para aquellos involucrados en actividades ilícitas. La extorsión a empresarios y ciudadanos por “derecho de piso” también contribuye al clima de inseguridad, aunque la mayoría de la gente opta por cooperar para evitar violencia. El análisis concluye que la violencia en México está fuertemente vinculada a la criminalidad organizada más que a factores demográficos o económicos, representando un desafío constante para la seguridad nacional.