El artículo aborda las etapas en la vida de un producto, empleando como ejemplo los cerillos, desde su introducción, crecimiento, hasta su declive y eventual obsolescencia. El ciclo de vida del producto se ilustra con el paso de la popularidad de los cerillos, utilizados frecuentemente por fumadores y coleccionistas, a ser desplazados por encendedores y tecnologías modernas, quedando relegados a recuerdos o a comunidades más atrasadas, evidenciando cómo productos y servicios pueden estancarse o desaparecer si no se adapten a las necesidades cambiantes del mercado.
El texto extiende esta discusión al sector asegurador en México, subrayando cómo algunos productos de seguros, como casa habitación y accidentes personales, permanecen en la etapa de introducción por falta de conocimiento y valor percibido por los consumidores. Mientras tanto, otros tipos de seguros, como gastos médicos y seguros de autos, enfrentan retos de declive y madurez debido a diversas dificultades, incluyendo costos elevados, fraudes y cambios en el comportamiento del consumidor.
Asimismo, se critica la actitud conformista del sector asegurador que se resiste a innovar y adaptarse a las nuevas tecnologías y demandas del mercado, arriesgándose a ser superados por productos sustitutos. La relevancia de responder a estos desafíos se destaca a través de la mención a productos como “Atlas por Kilómetro”, que a pesar de su innovación, enfrenta problemas en la atención al cliente.
El escrito culmina señalando ejemplos de empresas fuera del sector asegurador, como UBER y VIPS, que ilustran cómo prácticas que descuidan las necesidades del cliente pueden llevar a la pérdida de confianza y preferencia. Este panorama subraya la importancia de centrarse en el cliente y la innovación como elementos cruciales para la supervivencia y éxito de productos y servicios en el mercado contemporáneo.