En México, la tendencia hacia el trabajo flexible ha experimentado un leve descenso en 2023 en comparación con el año anterior. Aunque el 80% de las organizaciones aún mantienen algún tipo de esquema flexible, esto representa una disminución de 10 puntos porcentuales respecto al 90% registrado en 2023. El trabajo completamente remoto se mantiene marginal, afectando solo al 2% de las organizaciones. La mayoría de estas empresas favorecen un esquema híbrido (72%) que permite a los empleados dividir su tiempo entre la oficina y su hogar, mientras que el 26% adopta un esquema mixto.
Un estudio realizado por WTW revela una disminución en la formalidad de las políticas de teletrabajo, con un 56% de las organizaciones manteniendo políticas formales en 2024, una caída desde el 62% en 2023. Además, se anticipan cambios en las políticas existentes, incluyendo la formalización de esquemas, el aumento de días de trabajo en oficina, ajustes en los montos otorgados por teletrabajo, y la inclusión de estudiantes en los programas de teletrabajo.
Un aspecto destacado es el cambio en la proporción de compañías que permiten a sus empleados trabajar más del 40% de su tiempo fuera de la oficina, disminuyendo de 41% en 2023 a 17% en el año en curso. A pesar de la flexibilidad, las empresas están definiendo criterios específicos para determinar la elegibilidad de los puestos para el trabajo flexible y teletrabajo.
En el contexto de la regulación del teletrabajo, la NOM-037, que entró en vigor el 5 de diciembre de 2023, ha empujado a las organizaciones a adaptar sus políticas. Un 50% de las empresas otorga ahora un pago por concepto de teletrabajo, aunque el 15% aún no cuenta con una política formal. Los montos asignados han visto un incremento gradual en los últimos años. Además, se observa un aumento en la provisión de herramientas de trabajo ergonómicas destinadas a reducir accidentes laborales, subrayando un enfoque en la salud y seguridad de los empleados en esquemas de trabajo flexibles.
Este ajuste en el panorama laboral refleja un esfuerzo por balancear flexibilidad, productividad y conexión de los empleados con su lugar de trabajo, en un marco regulatorio que busca proteger sus derechos y bienestar.